El crecimiento comercial y residencial en el nororiente de Mérida durante las últimas décadas ha propiciado problemas de vialidad, algunos de los cuales ya se reportaron a las autoridades estatales, tal como sucede en la confluencia de la avenida 20 del fraccionamiento del Arco y la avenida Yucatán, donde en un mismo día de la semana pasada ocurrieron tres accidentes de tránsito.
Ante las quejas de los vecinos, el viernes pasado personal de la Secretaría de Seguridad Pública instaló cámaras de vigilancia en esa esquina.
El jueves de la semana pasada informamos que dos percances ocurrieron en corto lapso de tiempo, en ese cruzamiento. Primero, un motociclista resultó herido después de que fue atropellado por el conductor de un automóvil Honda que no respetó la señal de alto de disco cuando transitaba sobre la calle 23. El motociclista sólo sufrió algunos golpes.
Minutos después, la guiadora de una camioneta Courier, quien no respetó la señal de alto cuando circulaba sobre la calle 23 del mismo fraccionamiento chocó con el dueño de una camioneta Honda.
Martha Cabrera, una de las representantes de la organización vecinal del lugar y que vive frente al sitio donde se suscitaron los accidentes, indicó que ese mismo día pero más temprano hubo un accidente más.
La mujer agregó que ya habían reportado a la SSP –pues en el fraccionamiento se aplica el programa de Escudo Yucatán- los diversos problemas de vialidad, que se han agudizado con el paso de los años debido a que la avenida 20 representa, de poniente a oriente, el desahogo del parque vehicular que proviene de la avenida Correa Rachó, donde se ubica el centro comercial Up Town Center, el Monumento a las Haciendas y Plaza Fiesta, para circular con dirección a la Macroplaza o bien hacia la avenida Alemán y la nueva carretera a Motul.
—Los habitantes del fraccionamiento del Arco hemos quedado atrapados en un cajón vial sin salida fácil, pues la única forma de salir de la colonia es por esa avenida, que en horas pico está totalmente llena de autos.
—No es posible salir a nuestras labores, ya que el semáforo que regula la circulación otorga mayor tiempo a la avenida Yucatán y poco tiempo a los automovilistas que llenan la avenida 20, que es nuestra única vía de salida —apuntó.—
Esto ocasiona que muchos automovilistas que salen del fraccionamiento intenten cruzar hacia el camellón, pero es prácticamente imposible debido a la larga fila de automóviles que esperan paso. En ese intento, ocurren accidentes. Agregó que el muro de la gasolinera del crucero de la avenida 20 con la calle 23 del fraccionamiento forma un ángulo de 90 grados que no permite a los conductores dar la vuelta con la debida precaución sin toparse con un automóvil que intenta salir del fraccionamiento hasta que lo tiene casi enfrente.
Alicia Ruiz, vecina fundadora de la colonia relató que en los años 70 y 80, la única calle transitada con camiones pesados era la actual avenida Correa Rachó —que antes se le llamó la “avenida Chuchul— porque era la única vía hacia Motul y no había ninguna de las modernas plazas que rodean al fraccionamiento.
—Hoy, los habitantes del fraccionamiento del Arco quedamos totalmente encajonados y salir ya es un riesgo pues tanto esta avenida como la nueva carretera a Motul están saturadas ya no sólo en horas pico sino también en horarios normales.
Muchas personas de la tercera edad tenemos que pedir ayuda a nuestros familiares hasta para ir a comprar una medicina debido a que el tránsito ya es incontrolable. Tan sólo para ir al hospital regional de Alta Especialidad en Altabrisa desde acá, un automovilista se demora hasta 30 minutos ya que la fila de automóviles para llegar al Monumento a las Haciendas puede alcanzar hasta 500 metros, como si estuviéramos en el D.F.- (David Chan Caamal)
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